domingo, 4 de julio de 2010

Lecciones de vida de un joven que se encamina a la adultez...

Hace tiempo que no escribo algo personal aquí, quiero pedirle disculpas a quienes de alguna manera siguen esto, y han esperado algo de mi, ahora intento hacerlo, de manera de encontrarme con ustedes, y dejarles algo de mi en agradecimiento.

Cuando tu ciclo vital transcurre en el momento de la transición adolescencia-adultez, se percibe un cambio significativo no solo en el modo de ver de la vida, sino en como tu cuerpo siente. Son notorias las sensaciones diversas que experimentas, como fruto de tu desarrollo biológico, en como sientes que puedes percibir más olores, más sabores, tu vista percibe colores que no habías notado antes, tu atención mejora, tu concentración rinde más, etc... Más interesante se vuelve aún, que de alguna manera toda esa madurez biológica contribuye a como se desarrolla tu manera de pensar, y que estas dos formas, añadiendo tu desarrollo de tus relaciones sociales, en un integrado, forman tu manera de ser.

Es así, que de alguna manera siento como las relaciones significativas se hacen visibles, como en algunos contextos anteriores percibes que aquellas personas que solo piensas que te fastidian, se convierten en aliados incondicionales tuyos, así como las personas que considerabas aliados tuyos, se vuelven los nuevos fastidiosos, y recurres a alejarte de ellos, o a mantener distancia.

La vida para un ser humano que va hacia la adultez, transcurre en un quiebre significativo de relaciones, pero a la vez, no sólo en la vivencia de nuevas relaciones, sino en el rearmar antiguas relaciones que haz abandonado por cosas de la vida, por situaciones desconocidas o que ignoras inconcientemente.

Al llevar más tiempo de estudiarte a ti mismo y a tu entorno, percibes como disfrutas de las cosas con la nueva ventana de la percepción, que te abre el camino a reencontrarte con el amor reflejado en tu entorno, en tus relaciones sociales.

En definitiva, y cerrando, pienso que este transcurso que vive un jóven, es un ir y venir, un destruir y construir, un abrir y cerrar, en fin... acciones radicales pero significativas, experiencias nuevas pero con predisposiciones, que a diferencia de la niñez, es solo percibir lo que hay, y no seleccionar tus experiencias, que creo que hacen la diferencia.

Esto me está pasando, esto estoy viviendo, y al reelerlo lo veo como redundante de un libro de Psicología del Desarrollo, pero escribirlo desde tu vivencia, cambia en la manera de imaginarlo...