sábado, 11 de julio de 2009

El agua no como elemento, sino como cualidad que permite la integración del conocimiento
















Una reflexión pseudoanalítica de la película-documental What the Bleep do we Know!?



La Física Cuántica, como modelo explicativo y paradigma en sí mismo de la realidad, ha alterado diversas ramas de la Ciencia, y también a mi modo de ver, ha dado luces a quienes por siglos han predicado el poder oculto de la mente y que parece afectar no solo a las personas o a organismos vivos, preferentemente mamíferos (1), sino también moléculas que van por sobre lo vivo. Al parecer, se trata de esa particular mezcla entre hidrógeno y oxígeno, el agua.


Si analizamos la vida, el agua está dentro de toda la ecología biológica, y de acuerdo a la película-documental What the Bleep do we Know!? (más específicamente, al experimento de Masaru Emoto con las partículas de agua), el poder oculto de la mente que predicadores antiguos anunciaban a los pueblos (lo que en psicología se denomina pensamiento) tiene el poder de alterar el agua de acuerdo al pensamiento que se le otorgue: si es un pensamiento bien intencionado, la molécula adquiere una estructura mas bien geométrica y más estética a la vista que una que se le otorgue un pensamiento mal intencionado. Si se compara una con la otra, esto puede generar diversas hipótesis, como por ejemplo: que las catástrofes o fenómenos naturales posean un origen en el pensamiento, u observar si en animales existe alguna estructura particular del agua para así contraponerlas con las humanas para así registrar similitudes y demostrar que los animales piensan. De acuerdo a las hipótesis presentadas, es que se han generado una serie de debates tanto desde el ámbito espiritual como racional-científico, e incluso, generando instancias para intercambiar perspectivas científicas con las no científicas (2)


La Física Cuántica para mí ha significado que muchos hallazgos e interpretaciones hechas por los religiosos y expertos del área exégeta, puedan transcribir sus conocimientos hacia la Ciencia. Ahora es posible debatir el que la Ciencia y la Fe puedan tener coherencia si se intenta integrar ambas posturas. Hechos como el reconocimiento y aprobación de parte de la Iglesia Católica a la Teoría de la Evolución de las Especies de Charles Darwin, o que científicos ratifiquen que la Fe provoca efectos significativos en diversas etapas del Ciclo Vital, ha insertado a la mesa de diálogo científica la opinión de la Fe, cosa que hace un par de siglos atrás era inconcebible, la Fe y la Ciencia eran perspectivas aisladas y austeras, no cabía posibilidad alguna de intercambio entre una experiencia y otra, ambas eran polos opuestos, lo que ha encasillado un centenar de discusiones que han terminado, en algunos casos, en conflictos bélicos entre naciones y sectores religiosos.


El conocimiento: la Ciencia y la Fe, ahora, ya mirando hacia el siglo XXI, se ha vuelto integrativo, donde ya no hay polos sino que ahora existe el intento de integrar las visiones, se pretende unir oriente con occidente. La tecnología nos ha permitido establecer distintas interacciones con nuestros pares culturales: los orientales. Su forma de pensar se ve reflejada en este nuevo paradigma llamado el paradigma de las probabilidades, o lo que los científicos han estado denominando como la Física Cuántica.


Si trasladamos integramos la Psicología a lo expuesto, transformaría muchos supuestos que actualmente existen y predominan, como por ejemplo: que la espiritualidad es un mero modo en que el ser humano integra su identidad para que se desarrolle como individuo en la sociedad, y no como una forma de vida, afirmando lo que realmente se predica y no considerándolo como un mediador social.


Gracias a este paradigma, que integra lo científico, es posible llevar lo intangible como una probabilidad muy posible y que antes se descartaba, y si se pudiera procesar lo último, se puede inferir que esta conclusión puede resultar paradójica, porque desde que se inician los primeros estatutos acerca de la definición de lo que es científico y lo no científico, alude lo real como lo que es tangible o palpable, lo que los sentidos dan por hecho. Este nuevo paradigma lo que alude es totalmente contrario, invita ser escepticista con los sentidos, no dejarse fiar totalmente por ellos.


Si regresamos al inicio, nos damos cuenta que un simple componente que es vital para la vida, puede integrar no solo a las Ciencias Naturales, sino que también dar por hecho que lo existente no es un ente aislado, sino un ente compuesto que forma un todo intrínseco, y que la complejidad de aquello obstaculiza y dificulta al observador inquietante, el arduo buscador, que quiere encontrar la anhelada meta de palpar la esencia de lo verdadero.

Invito a todo quien desee profundizar e indagar el espectro cuántico de la Ciencia, a ver con mucho criterio y disposición el documental What the bleep do we know!?, se los recomiendo.


(1) Me refiero a esta clase ya que son los que poseen en general el Sistema Límbico o lo llamado “Cerebro Emocional o Mamífero” (concepto dado por algunos científicos evolucionistas), en el cual es sabido que es en ese sector del cerebro en el cual se desarrollan neurofisiológicamente los procesos afectivos.

(2) Si desea mayor información respecto a instancias como estas en Chile, visite: http://www.cienciayespiritualidad.cl/